Inayah: Life after Gods - Aventura metroidvania postapocalíptica de estilo animado

Inayah: Life after Gods es un metroidvania de acción en 2D que combina combates intensos, exploración constante y un arte visual que parece sacado de una serie animada. Ambientado en un mundo posapocalíptico tras la caída de los dioses, el juego destaca por su estilo artesanal, sus cinemáticas de calidad y una jugabilidad sólida que brilla especialmente en Steam Deck.

ANÁLISIS

Carles "Zettai"

5/27/202512 min leer

Introducción

Inayah: Life after Gods se presenta como un metroidvania de acción en 2D exquisitamente animado a mano, que nos invita a un mundo posapocalíptico lleno de secretos. Tras jugar a la aventura completa, queda claro que este título independiente de Exogenesis Studios brilla con luz propia en varios apartados. Su estilo artístico tipo dibujo animado entra por los ojos desde el primer minuto, las cinemáticas podrían pasar por escenas de una serie de animación de alta calidad, y la jugabilidad se siente sólida y pulida. Además, Inayah funciona sorprendentemente bien en Steam Deck, convirtiéndose en una experiencia portátil muy agradable. Por supuesto, no todo es perfecto: la narrativa por momentos puede flaquear y su sistema de progreso – en especial el árbol de habilidades – resulta algo confuso al principio. Veamos en detalle cada aspecto de esta prometedora aventura para entender por qué, a pesar de sus altibajos, merece la pena adentrarse en la vida después de los dioses.

Historia

La historia de Inayah: Life after Gods nos sitúa en los restos de una civilización avanzada que sucumbió tras la caída de sus dioses. En este escenario, encarnamos a Inayah, una joven huérfana y exiliada que emprende un viaje peligroso para encontrar a su tribu perdida. Guiada por el espíritu de su mentor fallecido, Inayah deberá navegar un mundo dividido entre clanes despiadados, antiguas tecnologías y secretos olvidados que podrían cambiarlo todo. El planteamiento inicial atrapa de inmediato: el juego construye un lore interesante, presentándonos una tierra arrasada pero rica en historia, con misterios que se van desvelando poco a poco mediante notas encontradas, conversaciones con NPCs y flashbacks bien integrados.

Uno de los aciertos narrativos es que el juego ofrece decisiones y diálogos ramificados que permiten moldear en parte la personalidad de Inayah y el curso de algunos acontecimientos. A lo largo de la aventura podemos elegir respuestas para Inayah, inclinándola hacia un comportamiento más compasivo y heroico, o más frío y vengativo, e incluso algo intermedio. Estas elecciones añaden rejugabilidad, ya que conducen a finales múltiples y a variaciones en ciertas relaciones con personajes secundarios. A medida que avanzamos, Inayah conoce aliados inesperados (como tres niños supervivientes a los que puede proteger, casi haciendo de hermana mayor según nuestras acciones) y también enemigos formidables ligados a la historia antigua del mundo. Todo esto dota a la trama de momentos emotivos y dilemas morales interesantes.

Ahora bien, aunque la historia en general es sólida y cumple con mantenernos motivados, puede flaquear en algunos tramos. En la mitad del juego aproximadamente, el ritmo narrativo se vuelve un poco irregular: ciertas misiones se sienten algo alargadas sin necesidad y algunos giros argumentales resultan predecibles. Asimismo, la personalidad de Inayah, si bien fuerte y decidida, a veces peca de cambios bruscos de humor según la escena, lo que puede despistar sobre sus verdaderas motivaciones (esto depende en parte de cómo la caractericemos con nuestras elecciones, pero aun así se notan algunas inconsistencias menores). Son detalles que no arruinan la experiencia, pero sí hacen que la historia no mantenga el mismo nivel de intensidad de principio a fin.

A pesar de esos altibajos, el tramo final recupera el tono y nos brinda un desenlace emocionante acorde a nuestras decisiones. En general, la narrativa de Inayah logra combinar acción y emotividad, apoyada por un mundo bien construido y personajes entrañables. No ganará premios a la mejor historia del año, pero consigue que nos importen el destino de Inayah y de aquellos que la rodean, lo cual ya es un triunfo notable para un título de este género.

Jugabilidad

La base jugable de Inayah: Life after Gods combina exploración metroidvania con combates dinámicos y desafiantes. Controlamos a Inayah, una joven exiliada equipada con un curioso guantelete capaz de adoptar tres formas de arma distintas: unas ágiles hojas dobles, un pesado mayal y unos potentes puños de combate. Cada arma tiene un estilo propio – las cuchillas permiten ataques rápidos y movilidad, el mayal causa gran daño pero con movimientos más lentos, y los puños desatan combos brutales a corta distancia – y podemos cambiar entre ellas incluso en mitad del salto, encadenando ataques de forma fluida. Esta versatilidad en el combate se siente refrescante y nos permite adaptar la estrategia según el tipo de enemigo o jefe al que nos enfrentemos.

Hablando de jefes, los enfrentamientos contra jefes son uno de los platos fuertes del juego. Más de 20 jefes únicos nos esperan a lo largo de la aventura, cada uno con patrones de ataque y mecánicas diferenciadas. Desde criaturas colosales que ocupan la pantalla hasta duelistas de tamaño similar al nuestro, cada batalla se siente única y bien pensada. Prepararse para estos combates implica dominar el movimiento (esquivar, hacer dash, rebotar sobre enemigos) y aprovechar las habilidades especiales de cada arma. La curva de dificultad resulta exigente pero gratificante: los primeros jefes ponen a prueba nuestras habilidades básicas, y conforme avanzamos, los desafíos aumentan obligándonos a sacar partido de las mejoras de personaje. Afortunadamente, el juego ofrece cuatro niveles de dificultad, incluido uno personalizable, y permite ajustarlos en cualquier momento, de modo que tanto los buscadores de retos como quienes prefieren una experiencia relajada podrán disfrutar sin frustración excesiva.

En cuanto al diseño de niveles, Inayah sigue la tradición metroidvania de mapas interconectados con áreas inicialmente inaccesibles que se van abriendo a medida que obtenemos nuevas habilidades. La exploración es recompensada con multitud de secretos, coleccionables y mejoras escondidas. Encontraremos implantes tecnológicos que otorgan ventajas (por ejemplo, aumentar la salud máxima, el daño o desbloquear movimientos como el doble salto), flores especiales que mejoran nuestro sistema de curación, notas de lore que enriquecen la historia y otros objetos clave para misiones secundarias. La sensación de descubrimiento es constante, aunque en algunos momentos ciertas zonas pueden sentirse algo laberínticas. A veces toca retroceder y orientarse bien usando el mapa para no dejar atrás ningún camino importante, pero esto viene de la mano con el género y resultará familiar para los aficionados.

Los controles responden de forma precisa, algo crucial en un juego de plataformas y combate 2D. Tanto en teclado como con mando (y especialmente al jugar en Steam Deck), Inayah se mueve con soltura: los saltos, ataques y esquivas se encadenan sin problema. En general, la jugabilidad logra ese equilibrio donde cada nueva habilidad adquirida nos hace sentir más poderosos sin romper la dificultad, y los combates, aunque desafiantes, rara vez se sienten injustos. En síntesis, Inayah: Life after Gods ofrece una jugabilidad sólida, variada y divertida, capaz de enganchar tanto a veteranos del género como a recién llegados.

Estilo visual y apartado técnico

Si algo hace que Inayah destaque a primera vista es su estilo visual de dibujo animado. El juego luce como una serie de animación interactiva: los personajes y escenarios están dibujados a mano con un nivel de detalle y expresividad encomiable. Las animaciones son muy suaves, desde los movimientos de combate de Inayah hasta la variedad de enemigos que pueblan este mundo. Cada bioma o zona del mapa presenta una paleta de colores y estética distinta – junglas futuristas llenas de vegetación luminiscente, desiertos infestados de criaturas insectoides, lúgubres ruinas de civilizaciones alienígenas – y todas están cuidadas con esmero. A veces uno se detiene simplemente a admirar el fondo en movimiento o algún detalle del escenario, porque realmente el apartado artístico es un festín visual.

Mención especial merecen las cinemáticas y escenas de corte: están realizadas con el mismo estilo animado y de una calidad sorprendente para un juego indie. Estas secuencias narrativas aprovechan a fondo la dirección de arte, ofreciéndonos momentos espectaculares que enriquecen la historia. Por instantes, uno siente que en vez de estar jugando, estuviera viendo una película animada de gran calidad, lo que habla muy bien del trabajo del equipo artístico.

En el apartado técnico, Inayah: Life after Gods cumple con nota. El juego corre de forma fluida; en una PC de gama media no presenta bajones de rendimiento significativos, y en Steam Deck – dato importante para quienes gusten de jugar en portátil – el título funciona sorprendentemente bien. La experiencia en la Steam Deck es estable y muy disfrutable: los tiempos de carga son cortos, la tasa de fotogramas se mantiene constante y los controles se sienten cómodos en la pantalla portátil. Es evidente que los desarrolladores optimizaron el juego para hardware modesto, lo cual se agradece enormemente en estos tiempos. Durante nuestra partida no nos topamos con bugs importantes ni crasheos, solo algún detalle menor sin demasiada relevancia. En general, la combinación de estética cuidada y buen rendimiento técnico hace que sumergirse en Inayah sea un placer tanto visual como funcional.

Música y ambientación

La música de Inayah acompaña a la perfección la acción y la exploración, contribuyendo a construir una ambientación inmersiva en este mundo posapocalíptico. La banda sonora alterna piezas melódicas y emotivas en momentos clave de la historia con temas más ambientales mientras exploramos las distintas zonas. Por ejemplo, al adentrarnos en un bosque tecnológico olvidado, suena una melodía misteriosa con toques electrónicos sutiles que realzan la sensación de antigüedad y maravilla; en cambio, durante los combates contra jefes, la música toma un cariz épico e intenso, aumentando la adrenalina de cada enfrentamiento. Ninguno de los temas se hace repetitivo y, aunque puede que no tararees sus melodías al apagar el juego, cumplen muy bien su cometido de ambientar y reforzar cada situación.

El apartado sonoro también destaca en efectos de sonido: los golpes de las armas, los gruñidos de las criaturas y el entorno sonoro (como la lluvia, el crujir de estructuras antiguas o los ecos en cavernas) están bien logrados y hacen que el mundo se sienta vivo. Inayah: Life after Gods cuenta además con doblaje de voz en sus diálogos (en inglés, con textos en español), algo poco común en juegos independientes de este estilo y que aporta personalidad a los personajes. Las interpretaciones vocales son convincentes; por ejemplo, Inayah transmite determinación y vulnerabilidad a la vez, y varios personajes secundarios se sienten auténticos gracias a sus voces características. Este esfuerzo en la presentación auditiva ayuda a que nos impliquemos más con la trama y los acontecimientos del juego.

En conjunto, música y sonido trabajan mano a mano con el arte visual para construir una atmósfera envolvente. Ya sea explorando una ciudad en ruinas bañada por el crepúsculo o combatiendo a un enorme monstruo en las profundidades de una caverna, la ambientación audiovisual de Inayah consigue transportarnos y hacer creíble su mundo de dioses caídos.

Interfaz y curva de progresión

El interfaz de Inayah: Life after Gods resulta en su mayor parte sencillo de entender, aunque con matices. Los menús de inventario, mapa y habilidades presentan un estilo futurista acorde con la temática, y generalmente son fáciles de navegar. Disponemos de un mapa del mundo dividido en áreas; haciendo zoom podemos ver la sala actual con detalle, incluyendo marcadores automáticos de puntos de interés (como ítems importantes, flores de curación, puntos de guardado y viaje rápido). Sin embargo, la vista general del mapa puede resultar algo confusa al principio: las zonas se muestran como rectángulos conectados de forma un poco esquemática, y no siempre es intuitivo relacionar esas conexiones con las salidas reales de cada sala. Es un detalle mejorable, ya que en un metroidvania es crucial ubicarse bien. Con el tiempo uno se acostumbra a leerlo, pero hubiera sido ideal una representación más clara y acorde a la forma de las habitaciones. Por suerte, la información importante está ahí (no tendremos que dibujar mapas a mano), e incluso tenemos la opción de colocar marcadores manuales de colores – aunque, en nuestra experiencia, estos marcadores a veces no se mostraban correctamente, algo que podría solucionarse en futuros parches.

Donde la curva de progresión destaca es en la gran cantidad de opciones para mejorar a nuestro personaje. Inayah no utiliza un sistema de niveles tradicional, sino que la mejora se da a través de la obtención de equipo y la inversión de recursos en distintos árboles de habilidades. Cada forma de arma de Inayah (hojas, mayal y puños) cuenta con su propio árbol de mejoras, donde podemos desbloquear aumentos de estadísticas y nuevas habilidades activas o pasivas. Por ejemplo, podemos invertir el oro recolectado en aumentar el daño crítico de las cuchillas, en hacer que el mayal recupere salud al absorber proyectiles enemigos, o en potenciar los puños para que ciertos golpes aturdan más tiempo. Estas ramas ofrecen elecciones exclusivas – es decir, al escoger una mejora puede que bloqueemos otra en esa rama – promoviendo que personalicemos la configuración según nuestro estilo de juego. Adicionalmente, completando misiones secundarias conseguimos implantes y amuletos especiales que otorgan ventajas permanentes (más defensa, mejoras al curarnos, slots extra para equipar más implantes, etc.). Incluso el sistema de curación mediante inyecciones de salud se puede optimizar encontrando flores especiales que amplían la cantidad de curas disponibles o añaden efectos extra al curarnos (como un breve aumento de daño tras sanar).

Con tantísimas posibilidades, no es de extrañar que el árbol de habilidades y las mejoras abrumen un poco al inicio. Al principio, el jugador puede sentirse perdido entre tanta opción de personalización: múltiples estadísticas, varios tipos de recursos, habilidades de cada arma, etc. Hace falta un rato y algo de experimentación para entender bien cómo progresar de forma eficiente. Afortunadamente, el juego incluye un lugar cercano al comienzo donde es posible reorganizar los puntos de habilidad (respec) si no estamos contentos con nuestras elecciones, lo que invita a probar diferentes configuraciones sin miedo a arruinar la partida. Además, la progresión está balanceada de tal modo que no necesitamos maximizar todo para terminar el juego; las mejoras son significativas pero no obligatorias todas ellas, por lo que cada jugador puede centrarse en las ramas que más le interesen.

La curva de dificultad acompaña adecuadamente esta progresión: Inayah empieza retador pero razonable, y conforme adquirimos mejoras y ampliamos nuestro arsenal de movimientos, estamos mejor preparados para los desafíos mayores. Eso sí, el juego asume que exploraremos y recolectaremos bastantes mejoras; si uno intenta avanzar sin desviarse, podría encontrar ciertos picos de dificultad. En esos casos, suele bastar con volver sobre nuestros pasos, completar alguna misión secundaria o buscar implantes/tesoros que hayamos pasado por alto, para luego retomar la aventura más fortalecidos. Este vaivén entre explorar y mejorar forma parte de la experiencia metroidvania clásica, y aquí está bien implementado. En resumidas cuentas, la interfaz de usuario cumple con su función tras un breve periodo de adaptación, y la curva de progresión, aunque empinada al inicio, termina resultando muy satisfactoria gracias a la profundidad y flexibilidad del sistema de mejoras.

Lo bueno:

  • Estilo artístico encantador: gráficos 2D dibujados a mano con estética de dibujo animado, llenos de color y detalle, con animaciones fluidas dignas de una serie de calidad. Las cinemáticas son especialmente impresionantes.

  • Jugabilidad ágil y variada: combate sólido con tres armas distintas intercambiables al vuelo, controles responsivos y diseño de niveles metroidvania que incentiva la exploración y el backtracking gratificante. Los enfrentamientos contra jefes son desafiantes y memorables.

  • Ambiente y sonido inmersivos: banda sonora atmosférica que realza cada zona y momento épico, buenos efectos de sonido y diálogos con voz que aportan vida a los personajes. La ambientación posapocalíptica con toque de ciencia ficción está muy conseguida.

  • Rendimiento y adaptación: funciona muy bien tanto en PC como en Steam Deck, sin problemas de rendimiento notables. Ideal para jugar en portátil gracias a su estabilidad y a controles bien adaptados. Además, ofrece múltiples opciones de dificultad para distintos tipos de jugadores.

Lo malo:

  • Narrativa irregular: aunque la historia es interesante, el ritmo decae en algunos tramos medios y ciertas partes del guion pierden fuerza o se vuelven previsibles. Algunos cambios de tono en la personalidad de la protagonista pueden desconcertar.

  • Inicio abrumador en mejoras: el sistema de progresión, con árboles de habilidades y multitud de opciones, resulta confuso al principio. Toma tiempo entender todas las mecánicas y menús, pudiendo abrumar a jugadores menos pacientes en las primeras horas.

  • Diseño de mapas mejorable: la presentación del mapa y la repetitividad visual de ciertas áreas pueden desorientar al explorar. Algunos escenarios, especialmente al interior de biomas similares, se sienten algo parecidos entre sí y cuesta orientarse hasta que memorizas el camino. Son detalles menores, pero destacables en la experiencia global.

Conclusión: Una aventura metroidvania que merece la pena

Inayah: Life after Gods es, en definitiva, una aventura de acción y exploración 2D que logra destacar por su personalidad y cuidado en los detalles. Estamos ante un metroidvania hecho con mucho mimo: el apartado artístico entra por los ojos y crea momentos realmente especiales, la jugabilidad ofrece combate y exploración bien planteados, y el mundo que recorremos tiene suficiente misterio y contenido como para mantenernos enganchados. Si bien tropieza ligeramente en el apartado narrativo y puede intimidar al jugador con la complejidad de sus sistemas al comienzo, esos defectos se ven compensados por la pasión que rezuma en el conjunto del juego. No da la sensación de ser un producto genérico; al contrario, Inayah tiene alma propia y se nota el esfuerzo del estudio por ofrecer algo diferente dentro del género metroidvania.

Puntuación Final: 8.5/10

Recomendado para:

  • Fans de los metroidvania con exploración, progresión de habilidades y jefes desafiantes.

  • Jugadores que valoren el arte animado a mano y las cinemáticas de estilo serie.

  • Quienes busquen un juego sólido, disfrutable en sesiones cortas y perfecto para Steam Deck.

  • Amantes de los mundos posapocalípticos con un toque de fantasía tecnológica y decisiones morales.

Plataformas disponibles: PC, PlayStation 4, PlayStation 5, Nintendo Switch, Xbox One, Xbox Series X y Series S