Ratatan - Ritmo, caos y carisma en un Early Access que ya suena afinado
El heredero de Patapon ya está aquí. Ratatan mezcla estrategia rítmica y acción lateral con un bucle roguelike que te hace marcar el compás mientras lideras a docenas de pequeñas criaturas en pantalla. En su estado Early Access ofrece un fundamento muy sólido: combate a ritmo, progresión clara, multijugador cooperativo y un estilo audiovisual con mucha personalidad. Aún arrastrando alguna aspereza, el “groove” ya está ahí.
REVIEWS
Carles "Zettai"
10/18/20257 min leer


Introducción
Quien haya echado de menos la magia de dar órdenes con percusión reconocerá en Ratatan una herencia espiritual clara. No en vano, varios miembros del equipo original de Patapon están detrás del proyecto. Pero aquí no hay copia nostálgica: hay reinterpretación moderna. El juego combina lo táctico con la fiesta visual y sonora, empaquetado en un formato roguelike de partidas intensas, desbloqueos constantes y una base donde planificar el siguiente intento. En estas primeras versiones (Early Access), el juego demuestra dos cosas: sabe a lo que quiere jugar y sabe cómo sonar.
Narrativa y Ambientación
La premisa es directa: marcas el ritmo con secuencias de comandos (por ejemplo Pata-pata-pata-pon) y tu escuadrón responde al compás con ataques, defensas, buffs o formaciones especiales. El combate es side-scroller y se organiza en oleadas, con jefes que exigen leer patrones y mantener el pulso sin precipitarse. Hay más de un centenar de unidades en pantalla en los momentos de mayor caos, y el sistema ofrece una capa táctica ligera para decidir cuándo empujar, cuándo resistir, a quién traer al frente, qué habilidad gastar ahora y cuál reservar para el punto crítico del jefe.
El ADN roguelike se nota en la estructura de runs: elecciones de ruta, loot y perks que alteran cada partida (desde mejoras al escuadrón hasta sinergias que cambian el ritmo de tu “batallón”). Entre intentos, vuelves al hub para equipar armas/objetos, reorganizar el equipo y preparar la siguiente incursión. La lectura de la acción es clara; el feedback del golpe está acompasado y, cuando todo encaja, se siente delicioso: vas “cantando” órdenes y viendo cómo el enjambre ejecuta al compás.
El cooperativo en línea (hasta 4 jugadores) suma una capa social muy agradecida. Coordinarse por ritmo - y no solo por chat de voz - tiene gracia propia: un compañero que clava la cadencia puede ser la diferencia entre caer derrotado o sacar adelante al jefe final.
Diferencias con Patapon
Aunque Ratatan es el sucesor espiritual de Patapon, presenta diferencias clave que le dan entidad propia. En Patapon el jugador actuaba como una deidad que guiaba a sus criaturas con tambores, mientras que en Ratatan se tiene control directo sobre un personaje líder y sus tropas durante cada nivel. Esto significa que ahora no solo damos órdenes rítmicas, sino que también debemos mover al líder y esquivar ataques manualmente, cambiando la perspectiva “dios omnipresente” por una más cercana a la acción. Otra diferencia importante está en la estructura de juego: Patapon avanzaba mediante niveles de campaña relativamente lineales (aunque obligaba a repetir misiones para farmear), pero Ratatan adopta un formato roguelike con runs cortas y rejugables. Cada partida encadena combates rápidos seguidos de un jefe, con decisiones sobre recompensas y rutas a elegir al estilo Hades, dando al juego un ritmo más dinámico y picado que el del clásico original. Esta estructura de “sesiones breves + mejoras entre runs” le da a Ratatan una identidad distinta y pensada para los tiempos actuales, enfocada en la rejugabilidad y el ensayo constante.
También hay contrastes en el enfoque de plataformas y modos. Patapon fue un título exclusivo de PSP, estrictamente para un jugador; Ratatan, en cambio, nace multiplataforma y con énfasis en el multijugador. Ha sido diseñado para diferentes tamaños de pantalla y para disfrutarse tanto solo como en cooperativo en línea. De hecho, incluye ocho personajes principales (“ratatans”) con poderes y diseños únicos para escoger, en lugar de un único ejército fijo. Aunque se puede jugar en solitario, los desarrolladores motivan el juego con amigos o mediante matchmaking aleatorio, pues Kotani afirma que “Ratatan es más divertido al jugarlo con los demás”. En el apartado artístico, Ratatan expande la estética: Patapon apostaba por minimalismo de siluetas negras en fondo 2D, mientras que Ratatan despliega un mundo más colorido, detallado y vibrante sin perder legibilidad. Igualmente, la música conserva el espíritu pegadizo pero explora más estilos y capas rítmicas que nunca - cada mundo introduce géneros musicales más variados de lo que Patapon jamás hizo. En conjunto, Ratatan se siente como una evolución moderna: respeta las raíces rítmicas de su antecesor, pero añade suficientes novedades (estructura roguelike, cooperativo, estilo visual propio) para no depender solo de la nostalgia
Progresión y contenido (analizada la versión EA 0.5.5)
El Acceso Anticipado ofrece un esqueleto robusto en contenido y progresión:
Formación y desbloqueo de unidades Ratatan con roles bien diferenciados (daño, apoyo, control del ritmo, etc.). Aprender a combinarlos es parte de la estrategia.
Armas y equipo con impacto real en la run y en el “sabor” de cada unidad. Un cambio de arma se nota en cómo atacan tus criaturas y en la cadencia.
Jefes y arenas suficientes para construir ese tira y afloja de “una más y lo dejo”. Cada jefe nuevo supone un muro rítmico a superar, empujándote a mejorar.
Hub central donde gestionar plantillas, escuchar pistas nuevas, revisar retos y planear ajustes de build. Es tu base de operaciones entre partidas.
A nivel de mejoras permanentes, las ramas no son abrumadoras pero sí ofrecen elecciones con identidad. Se siente ese bucle clásico de “vuelvo al hub, mejoro dos cosas y ahora sí lo logro” que define a los mejores roguelikes. Y el multijugador, aunque todavía con margen de mejora, funciona: ya deja momentos memorables cuando el grupo entra en sincronía y todo el mundo ataca al unísono.
Dirección artística y apartado técnico
Visualmente, Ratatan apuesta por lo vibrante y legible: criaturas de diseño chispeante, fondos coloridos y una iconografía muy clara para no perder el pulso entre tanto barullo. El resultado es caótico pero entendible; rara vez te sientes injustamente castigado por no “ver” lo que ocurre en pantalla. El estilo visual único ayuda a distinguirlo de su inspiración, alejándose del minimalismo de Patapon y logrando personalidad propia.
En lo técnico, el equipo ha ido puliendo el juego a buen ritmo con parches frecuentes. Vale la pena señalar dos puntos específicos. Primero, hubo un rollback a la versión 0.5.5 tras detectarse un problema crítico en una actualización posterior; el estudio prefirió priorizar la estabilidad mientras corregía el fallo. Segundo, persisten algunas aristas puntuales propias de un Early Access: en las últimas semanas se han corregido bugs (por ejemplo, guardados a mitad de combate, críticos en golpes multigolpe, voces que no sonaban en online), y algunos usuarios han comentado pequeños desajustes de sincronización/animaciones en ciertos equipos que el estudio sigue atendiendo (un caso conocido fue un stutter visual debido al timestep de 50 Hz en Unity, que causaba tirones a 60 FPS hasta ser parcheado; también se han reportado ligeras desincronizaciones en multijugador, ya en el radar de los devs). Nada de esto rompe la experiencia, pero forma parte del retrato honesto de un Early Access vivo y en evolución.
Apartado Sonoro
Aquí es donde Ratatan despega con personalidad propia. La banda sonora no solo acompaña: estructura el combate. Las capas rítmicas marcan entradas de enemigos, anticipan fases de jefe y logran que orden y reacción vayan a compás de la música. Hay variedad de estilos musicales dentro de una identidad común, pegadiza y juguetona, y el diseño de sonido subraya el timing exacto de cada orden con efectos claros. En cooperativo, cuando todo el mundo se alinea rítmicamente, la música y la acción se sienten como una sola cosa, elevando cada encuentro. Destaca además que Ratatan se atreve a ir un paso más allá que Patapon en lo musical, explorando géneros y ritmos distintos por mundo sin perder la cohesión. Es un soundtrack que invita a jugar con el volumen bien alto.
Calidad de vida y multijugador
El juego se esfuerza por enseñarte el lenguaje del ritmo sin abrumar. Los tutoriales van al grano y son claros; el hub es cómodo de navegar, y los menús responden rápido. Detalles de calidad de vida, como opciones de calibración de latencia o distintas disposiciones de botones (incluyendo un modo “clásico” para fans de Patapon), demuestran que los desarrolladores quieren que cualquier jugador pueda entrar en ritmo. En el online, la experiencia es estable cuando la conexión acompaña, y se agradecen los parches que han ido mejorando la comunicación por voz, los tiempos de carga y la reanudación de partidas tras desconexiones. Aún hay espacio para añadir filtros de emparejamiento o señalización más rica de roles en cooperativo, pero el camino trazado es prometedor. Ratatan ya es disfrutable en compañía, y solo puede mejorar de aquí al lanzamiento final.
Lo bueno:
Base jugable sólida, una mezcla de estrategia ligera y ritmo feel-good sienta de maravilla en las manos desde el primer tambor.
Cooperativo hasta 4 jugadores que brilla especialmente cuando el grupo entra en sincronía y siente la música de forma colectiva.
Dirección de arte vibrante: caos colorido pero claro, con personajillos carismáticos y legibilidad incluso en las peleas más locas.
Música sobresaliente que guía cada enfrentamiento y lo eleva; cada pista motiva y aporta personalidad a los combates.
Progresión clara: las builds y mejoras cambian de verdad el flow de una run, invitando a experimentar con sinergias.
Soporte activo con parcheo constante y respuesta rápida a incidencias. Se nota un compromiso del estudio por mejorar el juego.
Lo malo:
Detalles técnicos de Early Access: existen aristas propias del acceso anticipado (ej. rollback temporal de versión por bug crítico, algunos bugs puntuales ya identificados, y aspectos de animación por pulir).
Curva de dificultad algo elevada ya que si no “entras” en el lenguaje rítmico que propone, te costará engancharte. No es un juego casual de ritmo, exige coordinación.
Multijugador limitado en opciones que aunque es divertido, todavía está falto de características avanzadas (filtros de partida, indicar roles, etc.).
A veces, sobretodo en algunos bosses, la dependencia en la suerte/loot puede frenar el progreso por momentos.
Conclusión
Ratatan llega a su Acceso Anticipado con identidad, carisma y mucho ritmo. No es solo un producto de nostalgia: es una propuesta propia que entiende el placer de mandar con música y ver cómo un ejército diminuto convierte el compás en victoria. Sí, aún hay tornillos por apretar y el equipo lo sabe, pero el corazón del juego late fuerte: cada run te pide otra más, cada jefe se baila un poco mejor y cada desbloqueable abre un nuevo “¿y si…?”. Tokyo Virtual Theory y Ratata Arts han logrado que el espíritu de Patapon renazca sin quedarse atrapado en el pasado. Si te atrae la idea de pensar en ritmo, aquí tienes un Early Access que ya merece la pena y que apunta maneras para su versión 1.0.
Puntuación Final: 8/10
Recomendado para:
Quienes amen los juegos de ritmo combinados con estrategia ligera.
Grupos de amigos que busquen un cooperativo diferente y muy musical.
Fans del roguelike que disfruten probando builds y sinergias nuevas en cada partida.
Jugadores que valoren un desarrollo abierto, con parcheo frecuente y evolución constante basada en la comunidad.
Nostálgicos de Patapon que quieran ver esa fórmula renacer con giros modernos.
Plataformas disponibles: PC.












© 2025. Todos los derechos reservados.
Y recordad que si sois de juegos... ¡Sois de Sector Gaming!
