The Precinct – Simulador policial ochentero

The Precinct es un juego de acción y simulación policial ambientado en los años 80, que combina el cumplimiento de la ley con la adrenalina de un sandbox lleno de crímenes. Patrulla las calles de Averno City y adéntrate en un neon noir repleto de persecuciones, tiroteos y nostalgia ochentera.

ANÁLISIS

Carles "Zettai"

5/30/202510 min leer

Introducción

The Precinct marca el regreso de una temática poco explorada: ser policía en un mundo abierto. Desarrollado por Fallen Tree Games (creadores de American Fugitive), este título nos sitúa en 1983 en la corrupta Averno City, una urbe ficticia inspirada en Nueva York. Con la premisa de rendir homenaje al cine clásico de policías de los 80, el juego mezcla la simulación de procedimientos policiales con la acción desenfrenada de un sandbox. Las expectativas eran altas entre quienes buscaban una experiencia al estilo de los primeros GTA pero desde el lado de la ley, y The Precinct logra en gran medida ofrecer una propuesta fresca dentro de un género muy explotado. A continuación, desglosamos sus puntos clave en este análisis centrado en la versión de PC.

Narrativa y Ambientación

La historia de The Precinct nos pone en la piel de Nick Cordell Jr., un oficial novato cuya vida da un giro cuando su padre (el antiguo jefe de policía) muere en acto de servicio. Pronto descubrimos que su muerte no fue casual: una conspiración criminal se teje entre las bandas que controlan Averno City. La campaña principal gira en torno a desentrañar este misterio, enfrentándonos a jefes mafiosos y casos que conectan con la corrupción imperante en la ciudad.

El juego abraza por completo la estética y el tono ochentero del cine negro de la época. Averno City está sumida en el crimen, con calles iluminadas por luces de neón, música synthwave de fondo y esa atmósfera de peligro constante digna de un thriller policial clásico. Los diálogos y situaciones evocan películas de “buddy cops” y series ochenteras, aunque aquí la historia se presenta principalmente mediante texto en pantalla. Si bien la premisa es interesante y hay varios personajes secundarios en nuestras misiones, la narrativa termina siendo funcional más que profunda. Los personajes podrían haber tenido mayor desarrollo y los diálogos un poco más de chispa, pero cumplen con su cometido de contextualizar la acción y rendir tributo a los clichés del género. En definitiva, la ambientación y la idea de fondo se mantiene, pero profundiza poco y acaba tomando un papel secundario. La jugabilidad es la que realmente lleva la batuta.

Jugabilidad

The Precinct brilla al combinar dos facetas: la rutina de un policía de patrulla y la adrenalina de la acción sandbox. El juego adopta una perspectiva cenital (tipo top-down reminiscente de los primeros Grand Theft Auto), y nos ofrece días de trabajo en los que podemos decidir cómo proceder. Al iniciar cada jornada elegimos un distrito de la ciudad para patrullar; desde barrios residenciales hasta el centro financiero, cada zona tiene su nivel de delincuencia y retos.

En el día a día policial realizaremos tareas mundanas: poner multas a coches mal estacionados, llamar la atención a ciudadanos que tiran basura, atender accidentes de tráfico menores… Estas pequeñas actividades de simulación aportan variedad y construyen la sensación de estar realmente “de servicio”. Para guiarnos, el juego incluye incluso un pequeño manual de procedimiento policial que conviene leer ya que el juego nos pide seguir las normas, aplicando la fuerza de forma proporcional. No podemos disparar a la ligera ni golpear a un sospechoso desarmado; debemos cachear, leer sus derechos y arrestarlo apropiadamente. Esta capa de simulación añade realismo y un toque estratégico, ya que un uso excesivo de la fuerza puede penalizarnos.

Claro que no todo es tranquilidad. A lo largo de nuestras rondas, el juego genera callouts o avisos de delitos en curso que van desde altercados menores hasta atracos a mano armada. Aquí es donde The Precinct demuestra su lado sandbox: podemos recibir llamadas de un robo en progreso, una carrera ilegal, un tiroteo de bandas o incluso simples infracciones de tráfico. Depende de nosotros responder y decidir el enfoque. ¿Persecución a toda velocidad o pedir refuerzos? ¿Entrar con la sirena a todo volumen o acercarnos sigilosamente? La libertad de afrontar cada incidente a nuestro estilo es uno de los puntos fuertes del juego.

El sistema de progresión recompensa nuestro desempeño policial. Cada arresto exitoso, multa bien puesta o caso resuelto nos otorga experiencia, que luego invertimos en mejoras para Nick: aumentar su salud, resistencia, puntería, así como desbloquear nuevas armas, vehículos policiales o habilidades (por ejemplo, mejores refuerzos disponibles). Este elemento de RPG ligero mantiene la motivación por seguir patrullando “un día más”, ya que siempre estamos avanzando en algo: ya sea en la trama principal, en las estadísticas de nuestro personaje o en las investigaciones de las bandas criminales. De hecho, conforme patrullamos Averno City iremos encontrando pistas sobre las bandas organizadas; al recolectar suficientes evidencias podemos iniciar misiones especiales para desmantelar esas organizaciones, integrando así la historia con la exploración libre.

Persecuciones y Acción Policial

Si hay un aspecto donde The Precinct realmente destaca, es en las persecuciones en vehículo. Conducir el coche patrulla por las calles de Averno City persiguiendo delincuentes es, sencillamente, emocionante y adictivo. El sistema de conducción está muy bien conseguido y se adapta sorprendentemente bien a la cámara cenital. Las físicas de los coches, un entorno parcialmente destructible (farolas, cajas y otros elementos salen volando en choques), y un diseño de ciudad lleno de callejones estrechos, curvas peligrosas y rampas improvisadas hacen que cada persecución se sienta sacada de una película de acción.

Durante las persecuciones, el juego añade una mecánica interesante: conforme nos mantenemos cerca del vehículo fugitivo, se cargan unas barras de apoyo que podemos gastar en solicitar refuerzos. Esto incluye llamar a otro coche patrulla para que bloquee la ruta, pedir un helicóptero de apoyo o desplegar una banda de pinchos en la carretera. Estas opciones tácticas le dan un sabor único a las cacerías, reforzando la fantasía de ser parte de un equipo policial coordinado. No hay nada como arrinconar al sospechoso después de una larga persecución nocturna bajo la lluvia, salir del coche apuntándole con la linterna y lograr su rendición: son momentos gloriosos que el juego nos permite vivir y que permanecerán como los más memorables de The Precinct.

El título incluso ofrece contenido extra para los amantes de la conducción: desperdigadas por la ciudad hay pruebas opcionales de tiempo y carreras callejeras (ilegales, a las que irónicamente les podemos “echar una mano” participando). Estas actividades, aunque secundarias, resultan divertidas y ponen a prueba nuestras habilidades al volante, aunque siendo sinceros, desentonan un poco con el tono de la campaña ya que al no tener un modo "libre", tienes que dejar de lado los objetivos en tu turno de trabajo para dedicarles tiempo a este contenido adicional.

Además, cuando toca bajar del vehículo, el juego muestra una de sus flaquezas. El combate a pie y los tiroteos son funcionales pero no alcanzan el mismo nivel de excelencia que las persecuciones. The Precinct utiliza un sistema de coberturas sencillo: podemos cubrirnos tras esquinas u objetos y asomarnos para disparar. Pero las animaciones se sienten algo rígidas y la IA enemiga no es especialmente brillante, lo que deriva en enfrentamientos un tanto toscos. En PC, el manejo de Nick a pie es correcto y apuntar con ratón ofrece buena precisión, pero se nota que el juego podría pulir más este apartado. Con mando, a veces es algo extraño el sistema de apuntado. No es que los tiroteos resulten injugables ni mucho menos –cumplen con dar variedad a la jugabilidad–, pero quedan en claro segundo plano comparados con la emoción de conducir. Es una lástima, porque con un gunplay más refinado estaríamos hablando de un juego redondo en acción policial. La sensación “robótica” también se hace presente en las persecuciones a pie: correr tras un ladrón y placarlo es divertido, sí, pero las transiciones de movimiento y la física de los personajes podrían ser más naturales.

Otro aspecto a mencionar es la estructura de misiones y actividades. The Precinct logra mantenernos ocupados constantemente: siempre hay algo ocurriendo en la ciudad. No obstante, a largo plazo la variedad de eventos tiende a repetirse. Después de varias horas, es posible que sientas que ya has atendido muchas veces el mismo tipo de altercado con pequeñas variaciones. El juego intenta mitigar esta repetitividad intercalando misiones principales (relacionadas con la historia y las bandas) entre las jornadas, pero aun así ciertos jugadores podrían encontrar algo monótono el ciclo “patrulla-persecución-arresto” tras muchas rondas. En definitiva, no esperes una evolución constante de mecánicas más allá de las primeras horas, pues The Precinct se apoya en reiterar su fórmula (entretenida, eso sí) durante la mayor parte del juego.

Apartado Visual y Artístico

En lo visual, The Precinct apuesta por una dirección artística retro que encaja perfectamente con su temática. Si bien emplea gráficos 3D modernos, la perspectiva superior y algunos acabados le dan un toque old-school que evocará a los jugadores veteranos. La ciudad de Averno City está recreada con gran detalle: desde barrios bajos con callejones graffitiados y bares de neón parpadeante, hasta zonas céntricas con rascacielos y parques urbanos, cada sector tiene personalidad propia. Hay un ciclo de día y noche, así como clima dinámico (la lluvia torrencial en medio de la noche realza ese ambiente noir al máximo). Los efectos de iluminación son destacados, con reflejos en el asfalto mojado y luces policiales tiñendo las calles de rojo y azul durante las persecuciones.

El diseño de vehículos y personajes también merece mención. Los coches emulan modelos de los 70-80 y se deforman o explotan de forma convincente al chocar, añadiendo espectacularidad. Los personajes, aunque pequeños en pantalla por la cámara lejana, tienen rasgos distinguibles y atuendos ochenteros (gabardinas, peinados voluminosos, etc.), aportando cohesión con la época.

En general, sin ser un portento gráfico next-gen, el apartado artístico de The Precinct triunfa en sumergirnos en su mundo ochentero. Se nota mimo en la recreación de la ciudad y sus detalles (carteles de películas ficticias en las marquesinas, música sonando en tiendas, anuncios retro...), lo que contribuye a la inmersión. Cada persecución realmente parece sacada de una cinta clásica de policías gracias a esta combinación de escenarios y efectos visuales bien logrados.

Apartado Sonoro

El audio es el compañero inseparable de la ambientación ochentera de The Precinct. Aunque la banda sonora no es el mejor apartado del juego, si es verdad que destaca con temas de estilo synthwave y rock retro que nos acompañan durante la conducción y los momentos de tensión. Estas melodías logran energizar las persecuciones y, en los momentos más calmados, aportan ese aire nostálgico propio de los 80. Y aunque quizá no son canciones memorables, hacen que en algún momento te sientas dentro de una película de acción gracias a un buen riff de guitarra sintetizada mientras enciendes la sirena y aceleras detrás de un delincuente.

Los efectos de sonido cumplen: las sirenas policiales, radios emitiendo codigos, disparos y choques tienen potencia y suenan realistas. Con unos buenos auriculares, escucharás el chirriar de las ruedas en giros cerrados o el estruendo de una gasolinera explotando al tirotearse. Estos detalles sonoros añaden intensidad a la acción y ayudan a percibir el entorno (por ejemplo, oír disparos a lo lejos te alerta de un crimen cercano antes de que aparezca en el mapa).

El juego no cuenta con doblaje de voz para los diálogos de la gente mientas patrullas; la mayoría se lee mediante cuadros de texto. Si bien habría sido un plus tener voces (imaginar al clásico narrador duro o frases tipo “¡Alto, policía!”), entendemos que es un proyecto independiente donde priorizaron otros aspectos. Al menos, los textos están completamente en castellano, lo que se agradece para seguir la trama sin problemas, aunque el juego lo hemos jugado en versión original.

Lo bueno:

  • Ambientación ochentera muy conseguida, con una ciudad repleta de detalles retro y estética neon noir.

  • Persecuciones en coche emocionantes y bien diseñadas; la conducción arcade se siente genial y el sistema de refuerzos aporta intensidad cinematográfica.

  • Integración acertada de simulación policial: seguir procedimientos (multas, arrestos, etc.) resulta entretenido y le da originalidad al juego.

  • Ciclo de misiones y patrullas adictivo: siempre apetece jugar “un día más” para subir de nivel, desbloquear mejoras o descubrir pistas de la historia...

Lo malo:

  • ...Aunque los altibajos en la historia hacen que puedas perder el interés.

  • Tiroteos y combate a pie poco pulidos en comparación con las persecuciones; animaciones rígidas y cobertura algo tosca.

  • Ciertas acciones pueden sentirse robóticas, como las persecuciones a pie o las peleas cuerpo a cuerpo, restando fluidez.

  • A largo plazo, la repetitividad de eventos sandbox (muchos delitos se repiten con variaciones menores) puede reducir la sorpresa inicial.

  • Falta de voces y ambientación: a veces se extrañan voces que den más vida a la ciudad.

Conclusión

The Precinct consigue ofrecer una experiencia diferente dentro del género de mundo abierto al ponernos del lado de la ley. Sin aspirar a revolucionar el género, el juego cumple lo que promete: ser un sandbox policíaco ochentero divertido y adictivo. Sus mayores virtudes residen en una ambientación lograda y, sobre todo, en las trepidantes persecuciones en coche dignas de Hollywood, que harán las delicias de cualquier fan de la acción sobre ruedas. Además, el toque de simulación policial –siguiendo procedimientos reales– le da una identidad propia y momentos de tensión únicos (como apuntar con el arma a un sospechoso para que se rinda pacíficamente).

Por otro lado, The Precinct también muestra áreas mejorables. Los tiroteos y mecánicas a pie no tienen el mismo gancho que la acción vehicular, evidenciando animaciones algo acartonadas y combates que podrían ser más dinámicos. Asimismo, aunque siempre haya algo que hacer en la ciudad, con el tiempo la falta de variedad más allá de las misiones principales puede volverse repetitiva para algunos jugadores. No es un juego perfecto, pero sus defectos no opacan el buen rato que ofrece en conjunto.

En conclusión, si te atrae la idea de un “GTA de policías” o sientes nostalgia por el estilo ochentero de luces de neón y sintetizadores, The Precinct es una propuesta que vale la pena probar. Ofrece suficiente contenido y diversión como para mantenerte enganchado limpiando las calles de Averno City durante horas. Sin duda, un debut notable en lo que podría convertirse en una nueva saga de acción policial.

Puntuación Final: 7.5/10

Recomendado para:

  • Jugadores que disfrutan de los sandbox de mundo abierto y buscan encarnar a un agente de la ley en lugar del típico forajido.

  • Fans de la estética y el cine de acción ochentero, amantes de series y películas de policías clásicos: el juego está repleto de guiños a esa época.

  • Quienes valoran la variedad de mecánicas en un juego de acción: The Precinct mezcla conducción, disparos, exploración y pequeños toques de simulación en cada sesión.

  • Aquellos que quieran una experiencia accesible y diferente, con una historia ligera de conspiración policial que acompañe sin abrumar, ideal para partidas tanto cortas como largas.

Plataformas disponibles: PC, PlayStation 5 y Xbox Series X/S.